jueves, 9 de septiembre de 2010

¿y tú, te acuerdas de lo que sueñas?

Esta pregunta que a primeras luces se antoja banal en una conversación a la hora del recreo,  es para mi la puerta a mundos fascinantes.
Desde pequeño me percaté de la fascinación que ejercían en mi todos esos mundos a los que uno tiene oportunidad de acceder.
Desde el punto de las neuro ciencias, el sueño es el sofisticadísimo mecanismo a niveles cerebrales, cuya función es reordenar, clasificar   valorar los recuerdos y las emociones, viajando por diversas partes hasta llegar al hipocampo  (componente del cerebro que se encarga de las funciones de la memoria y del manejo espacial) donde los arquetipos más significativos se almecenan definitivamente.
Los sueños tienen el poder de marcarnos de forma variadas, por ejemplo las pesadillas, ( más allá de su explicación técnicamente cientifica) los clásicos sueños donde se puede volar, los sueños donde vemos cosas que no se relacionan con nuestro entorno, los sueños abstractos donde los sentimientos juegan un papel especial en la toma de formas y miles de eteceteras más.
A mi en lo personal y desde hace mucho ( y digo mucho) tiempo me emociona pensar en que cosa voy a soñar. Es como si estuvieras en una estación de tren o de autobus y sabes que vas a viajar pero desconoces tu destino.
El caso mas curioso y por mucho sucedió en algún punto de mi adolescencia. Cuando como de costumbre le conté a mi hermana Paula acerca de un sueño que había tenido sobre una pequeña nave suspendida en el aire a ciertos metros ( 11 metros mas o menos) donde un ser estaba mirando a través del algún tipo de cristal y de cuyo interior emanaba una tenue luz amarilla. Seguía yo describiendolo cuando ella me interrumpió para decirme: ¿oye no era como a eso de las once de la noche? -si- le dije y lo realmente curioso fue que me comenzó a describir de alguna forma la presunta nave y la actitud del misterioso tripulante, a lo cual yo asentía cada vez mas interesado. Coincidimos en que punto de la casa había sido exactamente y caimos en cuenta de que por lo menos habiamos tenido casi el mismo sueño. 
El tema onírico da para sacar a la luz relatos fascinantes mas allá de su posible explicación o significación. Asi que habrá muchas entradas para compartir esos relatos y situaciones relacionados con los sueños.


¿y porqué Onironauta?

Primero echemos un vistazo a la etimología (origen de las palabras en cristiano) según la Real Academia Española:
Onírico (Del gr. ὄνειρος, ensueño). relativo a los sueños
Nauta (Del lat. nauta, y este del gr. ναύτης). individuo cuya actvidad estriba en hacerse a la mar, es decir navegante.
Asi pues, la conjunción de estas dos palabras resulta en: navegante de los sueños u onironauta.
Como dato adicional, el sobrenombre chepe lo aplico en honor una tradición de nombrar de esa manera a los José(s), o por lo menos a mi papá que se llama también José ( nótese, a secas) igualito que tu servidor.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Samurai

El vórtice creado por las cuerdas era tan fuerte que mi debil condición humana solo produjo un estado de inconsciencia temporal.
Para cuando hube recobrado el conocimiento estaba ya en un lugar definido: Si bien no se trataba de un lugar que me pareciese familiar, por lo menos caía en cuenta de que seguía vivo.
Algunas horas después de estar recorriendo tan peculiar paisaje, atinaba a asociar algunos arboles y plantas con algunos ejemplares observados en algún documental pero mi cuasi estado de shock no consentía en seguir forzando mi desvencijada memoria.
Algunos instantes después de haber vadeado un pequeño riachuelo, de entre los arboles se abría paso lo que se antojaba, era una pequeña aldea, o pueblecito con características bastante peculiares. Ahora sí, como relámpago, vino a mi la asociación de ideas pero algo no encajaba, pues claramente podía reconocer elementos que bien podían ser de algún lugar del lejano oriente, sobre todo del antiguo Japón medieval y rural y además ¿Qué rayos hacia yo allí?, traté de encontrar alguna razón, alguna idea lógica. Y en efecto tal véz hubiera llegado de no ser por un pequeño y agudísimo punzo en mi espalda. Giré la cabeza muy lentamente con la prudencia de alguien que se encuentra en una situación de considerable riesgo. Voila!, un oriental de cabello recogido, ataviado con hirsutas protecciones en los hombros, tronco y cabeza y alguna otras prendas ligeras. Me habló con voz firme rasposa en un lenguaje totalmente desconocido para mí, pero familiar por las varias películas de Kurosawa. Casi estaba seguro que se trataba de la lengua japonesa.
Un fuerte y no muy amable aventón con su pie, me indicaron que debía avanzar, y así lo hicimos río abajo por espacio de al menos diez minutos hasta haber llegado a lo que parecía ser el centro de la aldea. Y lo que parecía ser un escenario totalmente desierto estaba ahora lleno de curiosos. Quiero pensar que a falta de algún espejo, seguía yo manteniendo mi aspecto occidental, o por lo menos de latinoamericano. El tumulto amainó cuando vino a nosotros un numeroso séquito de personas ricamente vestidas. En esta ocasión casi estaba seguro de algo: se trataba de Samurais, o por lo menos sacados de la palícula de Sanjuro o Yojimbo.
Uno de los sujetos parecía gozar de respeto en aquel grupo, cuya voz y temperamento aplacaron a la plebe.
Se paró delante de mí, me miró fijamente. Por un instante parecío que algún rayo recorrió mi cuerpo completamente pues la persona que estaba delante de mi y que me parecía reconocer casi perfectamente !era nada mas y nada menos que Toshiro Mifune!, bueno, al menos no tenía duda de que era él, solo que caracterizado como algunos de sus roles de samurais famosos.
En medio de una mezcla de sentimiento de profundo nerviosismo y emoción incontenible solo escaparon de mi boca dos palabras muy firmes: !Mifune... Toooshiroo!!!!
El hombre enfrente de mí y que según yo era el mismísimo Mifune calló por un espacio de unos segundos y luego se echó a reir mirando a la concurrencia como indicando a los presentes que se trataba de algún mal chiste.
La situación se tornaba algo embarazosa y por instantes tuve la esperanza de que se relajaría el episodio aquel, pero un grito desaforido a lo lejos movilizó a toda la gente, incluyendo al Supuesto Mifune y conpinches. Quienes casi por acción instintiva deslizaron sus sables y entraron en un estado de concentración e impetu combativo e inmediatamente corrieron a montar aquellos caballos.
Aquello se volvió la hecatombe pues a lo lejos retumbaba con gran estruendo una horda de hombres a caballo cuyo barullo no mostraba que viniesen en son de paz.
Antes de emprender la carrera aquel hombre para mí tan familiar señaló
en dirección de una choza como indicando que me resguardase allí y acto seguido asi lo hice, y casi a un metro de aquella palapa tuve una reacción inesperada, sentí la curiosidad por ver donde se encontraba aquel guerrero que por lo menos parecía haberme perdonado la vida, De entre el ajetreo lo alcancé a distinguir: por algun instante giro su cara y me observó casi de reojo como si su mirada describiera cierta extrañeza, mezclada con esa curiosidad que ahora se dibujaba perenne...
Eso fue lo último que vi pues de repente solo sentí un escalofrío, y entonces mi mirada cayó; solo para darme cuenta que mi cuerpo había sido penetrado con una flecha, el rojo de la sangre se hacía intenso, y sólo en ese momento advertí que yo también vestía aquellas indumentarias, todo se iluminaba, los ruidos se hacían más lejanos, mi cuerpo parecía volverse muy pesado y de repente nada, hasta que un pensamiento sonaba en voz alta, era una voz bastante familiar, y alcancé a escucucharla bastante bién, decía algo así:
Si tan sólo pudiera viajar a 1961 y actuar con Toshiro Mifune, en aquel mundo tan maravilloso de los samurais! Esa voz no podía ser otra que la mía.

En fin, lo que no se, es si en efecto era Mifune aquel hombre, o si por algún evento cuántico fuí a dar con alguna realidad en algún universo paralelo donde la realidad de alguna película fuese la imperante, conectado más allá de mi deseo momentaneo.

Lo que si, es que prefiero estar de espectador en algún cineclub durante el ciclo Kurosawa y maravillarme con su narrativa visual, sin los inconvenientes de moverme de mi butaca, y mucho menos de mi linea de tiempo actual o "realidad" Vaya un gran saludo donde quiera que se encuentren el director, el actor y tan entrañables personajes.

Un pequeño paso fugaz

Los días como hojas al viento, un largo viaje al mundo de los recuerdos impregnados de aromas.
Sonrisas de otros tiempos, alegría genuina en los juegos sin fin, pies descalzos sobre las piedras, tardes y noches, complicidades inocentes. Colinas y cerros todos nuestros, dinosaurios sepultados. Relatos fantasiosos, otrora voces ancestrales, espantos, pistolas, minas, brujas y duendes en alguna potente y flemática voz de algún anciano. Escalofrío gozoso, miro a mi casa y su figura se yergue gigantesca, omnipotente, voluptuosa y protectora; voy a su llamado.
Dias felices aquellas tardes de verano, mangos sazones, pasojo, polvo y aserrin. Viajes fantásticos, criaturas inolvidables y cielos llenos de estrellas, arroyos de ensueño que nos transportaban a un paraíso infinito.


domingo, 29 de agosto de 2010

Mi cuerpo pesa más cada vez, la tensión cala, angustia, consciente... inconsciente; parezco caer, espero, asimilo... caigo rápido y muy rápido, vertigo caleidoscópico, invitado cruel. De pronto nada, solo negro y una sensación de expansión que parece infinita.
Mi percepción reconoce lo que parecen puntos de luz , luego sonidos... reconozco el sonido.. parecen voces, al principio solo incipientes balbuceos, el cántico suena muy humano, sin una lengua definida. Pereciera que los sentimientos estallaran, se revuelven, gimen, gritan,. Mucha luz se acerca. por fin imagenes!!!!, de todos los angulos, estoy en todos lados, tejido caótico y vital, expansión, implosión, baripodrisión y demás metarealidades que no se conciben en el plano material.

leve descripción onírica

jueves, 25 de marzo de 2010

De princesas Lejanas

La verdad es que el concepto de la princesa en su forma mercadológicamente literaria no me agrada en los mas mínimo, pero debo admitir que al menos dos de ellas tienen un significado especial para mí. Se trata de dos princesas reales, sí, de carne y hueso, y procedo a explicarte el porque para mi son tan cercanas a pesar de vivir en mundos virtualmente opuestos.
Comenzaré por Diana Frances Spencer, mejor conocida por el mundo como Lady Di, cuyo carisma me arrolló por completo desde que la conocí en los medios cuando allá por la decada de los 80´s se comenzaba a notar cada vez más. Al percatarme de su circunstancia, o mejor llamemos su papel real como princesa de Gales, comencé a especular lo que sería de su diario acontecer: una vida de agenda, con casi todos los movimientos orquestados por el protocolo, desde la maternidad y rol de esposa modelo hasta su papel como embajadora de la moda britanica, de tal suerte que mis conclusiones fueron devastadoras par a mi ( sobre todo considerando mis cualidades en el analisis facial y la personalidad) pues de facto, estaba en manos de la mismisima Isabel II: Diana de alguna manera estaba sufriendo. A lo que inmediatamente se desarrollo en mi una idea con bases mas bien compasivas. Comencé a sonar con invitarla a mi Pueblo allá en jalisco. Quería llevarla a pasear a las montañas, platicar largo y tendido y sobre todo ofrecerle un magro y suculento desayuno que constara de frijoles refritos con queso fresco con una buena taza de canela o café con leche, acompañados de tortillitas recien hechas. No caigas en pensar querido lector que solo imaginaba que ella estaba allí y ya! no, imaginaba toda una logistica que incluía una especie de teléfono celular que entonces no eran del grueso del vulgo. Así mi caso con Dianita a quien yo imaginaba llamar guerita.
Pero en el mes de Agosto de 1997 algo nubló para siempre la inquietud de llegar a conocerla en persona (porfavor no te rías amigo lector... en esta vida no todo esta escrito) pues ella sufrió un terrible accidente en uno de los túneles mas concurridos de Paris, el de l´ alma en compañía de Dody Al Fayed hijo de un conocido magnate de origen egipcio. La verdad es que ahondar en las circunstancias que Diana atravesaba en ese momento me parece esteril ya que lo realmente importante es su partida.
Hoy no se donde se encuentre, pero en ciertas ocasiones pienso en ella y vuelvo a soñar como cuando chamaco y viajamos ahora pero por lugares recónditos del planeta, siempre cobijado por su gran sonrisa .
La otra gran princesa es Leila Pahlevi la mismísima hija menor del Sha de Irán, una niña que por derecho de nacimiento llegó a gozar de un verdadero paraíso terrenal hasta que... las circunstancias cortaron de tajo toda esa armonía que parecía sin fin, pues tuvo que enfrentar el exilio junto con su familia: aclarando que de ninguna manera se tuvieron que enfrentar a tribulaciones financieras ya que se dice que el sha retiró de iran muchos millones de dolares repartidos en bancos de Suiza, Estados Unidos y algunos otros paraísos fiscales. Se trata de que la niña del trono del Pavoreal de Irán no pudo lidiar con el hecho de estar fuera de casa y no hago referencia los palacios sino a su propio país.
La verdad es que el caso de leila tiene un sabor un tanto amargo pues la he conocido postmortem, ya que ella falleció en 2001 debido a una sobredosis de somníferos y demás sustancias. y viendo sus fotos algo en su mirada me caló, y me llevó directamente a ese sentimiento de compasión que años antes me había provocado el caso de Diana, y sí, ya que el hubiera esta mal pero me hubiese encantado estar con ella y escucharla. Por lo menos tendría mucho que contarme, la verdad es que mi condición de plebeyo hubiera ayudado bastante pues al no tener toda esa carga impuesta por el status solo me hubiera complacido estar simplemente allí con ella por lo menos unas cuantas veces y regalarle un poco de oxigeno que solo puede llevar consigo alguien que se mueve libremente por fuera la espesa capa de intrigas y atavismos del mundo del jetset. Pero solo es eso, solo un hubiera. Hoy por lo menos también pienso en ella y me imagino escribiendole cartas, cartas a la vieja usanza que son respondidas con todo gusto y añoranza de tiempos que por razones azarosas no pudieron empatar nuestras personalidades en un mismo lugar.

viernes, 25 de diciembre de 2009