jueves, 25 de marzo de 2010

De princesas Lejanas

La verdad es que el concepto de la princesa en su forma mercadológicamente literaria no me agrada en los mas mínimo, pero debo admitir que al menos dos de ellas tienen un significado especial para mí. Se trata de dos princesas reales, sí, de carne y hueso, y procedo a explicarte el porque para mi son tan cercanas a pesar de vivir en mundos virtualmente opuestos.
Comenzaré por Diana Frances Spencer, mejor conocida por el mundo como Lady Di, cuyo carisma me arrolló por completo desde que la conocí en los medios cuando allá por la decada de los 80´s se comenzaba a notar cada vez más. Al percatarme de su circunstancia, o mejor llamemos su papel real como princesa de Gales, comencé a especular lo que sería de su diario acontecer: una vida de agenda, con casi todos los movimientos orquestados por el protocolo, desde la maternidad y rol de esposa modelo hasta su papel como embajadora de la moda britanica, de tal suerte que mis conclusiones fueron devastadoras par a mi ( sobre todo considerando mis cualidades en el analisis facial y la personalidad) pues de facto, estaba en manos de la mismisima Isabel II: Diana de alguna manera estaba sufriendo. A lo que inmediatamente se desarrollo en mi una idea con bases mas bien compasivas. Comencé a sonar con invitarla a mi Pueblo allá en jalisco. Quería llevarla a pasear a las montañas, platicar largo y tendido y sobre todo ofrecerle un magro y suculento desayuno que constara de frijoles refritos con queso fresco con una buena taza de canela o café con leche, acompañados de tortillitas recien hechas. No caigas en pensar querido lector que solo imaginaba que ella estaba allí y ya! no, imaginaba toda una logistica que incluía una especie de teléfono celular que entonces no eran del grueso del vulgo. Así mi caso con Dianita a quien yo imaginaba llamar guerita.
Pero en el mes de Agosto de 1997 algo nubló para siempre la inquietud de llegar a conocerla en persona (porfavor no te rías amigo lector... en esta vida no todo esta escrito) pues ella sufrió un terrible accidente en uno de los túneles mas concurridos de Paris, el de l´ alma en compañía de Dody Al Fayed hijo de un conocido magnate de origen egipcio. La verdad es que ahondar en las circunstancias que Diana atravesaba en ese momento me parece esteril ya que lo realmente importante es su partida.
Hoy no se donde se encuentre, pero en ciertas ocasiones pienso en ella y vuelvo a soñar como cuando chamaco y viajamos ahora pero por lugares recónditos del planeta, siempre cobijado por su gran sonrisa .
La otra gran princesa es Leila Pahlevi la mismísima hija menor del Sha de Irán, una niña que por derecho de nacimiento llegó a gozar de un verdadero paraíso terrenal hasta que... las circunstancias cortaron de tajo toda esa armonía que parecía sin fin, pues tuvo que enfrentar el exilio junto con su familia: aclarando que de ninguna manera se tuvieron que enfrentar a tribulaciones financieras ya que se dice que el sha retiró de iran muchos millones de dolares repartidos en bancos de Suiza, Estados Unidos y algunos otros paraísos fiscales. Se trata de que la niña del trono del Pavoreal de Irán no pudo lidiar con el hecho de estar fuera de casa y no hago referencia los palacios sino a su propio país.
La verdad es que el caso de leila tiene un sabor un tanto amargo pues la he conocido postmortem, ya que ella falleció en 2001 debido a una sobredosis de somníferos y demás sustancias. y viendo sus fotos algo en su mirada me caló, y me llevó directamente a ese sentimiento de compasión que años antes me había provocado el caso de Diana, y sí, ya que el hubiera esta mal pero me hubiese encantado estar con ella y escucharla. Por lo menos tendría mucho que contarme, la verdad es que mi condición de plebeyo hubiera ayudado bastante pues al no tener toda esa carga impuesta por el status solo me hubiera complacido estar simplemente allí con ella por lo menos unas cuantas veces y regalarle un poco de oxigeno que solo puede llevar consigo alguien que se mueve libremente por fuera la espesa capa de intrigas y atavismos del mundo del jetset. Pero solo es eso, solo un hubiera. Hoy por lo menos también pienso en ella y me imagino escribiendole cartas, cartas a la vieja usanza que son respondidas con todo gusto y añoranza de tiempos que por razones azarosas no pudieron empatar nuestras personalidades en un mismo lugar.

2 comentarios:

  1. Eso no se vale... yo estaba esperando a Blancanieves, a la bella durmiente, a Ariel o de perdida a la morenita que no se como se llama.

    En cambio nos azota usté con realidades. Lejos de la fantasia -real y ficticia- nos demuestra que no todos los cuentos de hadas tiene finales felices.

    Habría que demandar a sus hadas? O los hados? Si las princesas no escapan un funesto destino, que les espera a las que son Marías, simplemente, así lisas y llanas...?

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  2. ups.. nunca me imaginé que alguien comentaría alguna de mis enclenques entradas y mucho menos el mismísimo cptn frio!!!!!!!!! me pongo rojo. Lamento azusarlo con semejantes barbaridades. juro solemnemente no tocar tan sensible tema

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